La difícil situación económica actual es la noticia que ocupa diariamente los titulares de cualquier medio de comunicación y está afectando a todos los sectores. Nos encontramos inmersos en uno de los periodos económicos mundiales más crítico de las últimas décadas que, según los expertos analistas nacionales e internacionales, va a tener continuidad durante todo este año 2010.
Los presupuestos para este año han sido confeccionados teniendo en cuenta esta difícil situación económica global. A la vista de la previsión económica, es posible que uno de los planteamientos que han podido adoptar algunos empresarios, sea la reducción de gastos generales. En este sentido, es muy probable que uno de los candidatos a sufrir una reducción drástica, haya sido la partida destinada a formación.
Ante este planteamiento, nos podremos encontrar con dos visiones empresariales, que buscan soluciones distintas al mismo problema. Cada una de estas dos filosofías, pueden verse reflejadas en las preguntas siguientes: ¿es ésta la mejor opción para cuadrar el presupuesto de mi empresa?, o ¿es ésta la mejor opción para mi empresa?.
El matiz que diferencia a estas dos opciones es muy importante y define dos filosofías empresariales totalmente dispares. Por una parte, tenemos al empresario cuya única prioridad es salvar el presupuesto anual y alcanzar el objetivo presupuestario a corto plazo. Este tipo de empresario, es muy probable que se decida por efectuar el recorte en la partida de formación. Para él, aunque en todos los foros haya defendido de manera vehemente que la formación es una inversión (todo el mundo asiente y confirma, “al menos de palabra” este pensamiento, ya muy contrastado), realmente, en su interior considera la formación como un gasto y, por esta razón, será una de las partidas a las que se acudirá para “cuadrar” a la baja el presupuesto. Probablemente, al finalizar este año 2010, incluso llegue a alcanzar su objetivo. Pero… ¿Cómo se encontrará su empresa dentro de cinco o diez años, si su única prioridad es “salvar el presupuesto del año siguiente”?...
Por el contrario, hay otro tipo de empresario que planifica la estrategia de su empresa a medio y largo plazo, y que, en tiempos de crisis, busca huecos de oportunidades para relanzar su negocio, llenando los espacios que otros empresarios, preocupados sólo en el corto plazo (por convicción o por imposición), dejan en bandeja el negocio a la competencia. En este modelo, la “amenaza” de la crisis económica (más horas libres por falta de trabajo), se convierte en “oportunidad” (más tiempo para formar más y mejor a todos los profesionales de la plantilla). Para este empresario la formación sí es una inversión, que junto con otro tipo de medidas (establecimiento de alianzas y aprovechamiento de sinergias) contribuirá de una manera eficaz a diferenciarse positivamente de su competencia a medio plazo. En este modelo de empresas, es patente el compromiso del gerente/empresario y de los trabajadores.
Y usted, estimado lector que probablemente es propietario/gerente de su empresa/taller, ¿Va aplicar en este segundo semestre del año la opción “la formación es una inversión”?... o, ¿Va a dejar pasar esta oportunidad que nos ofrecen estos tiempos de crisis, para que otros ocupen su hueco?.
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